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¡ Durruti !

Sábado 1ro de marzo de 2025, por Robert Paris

En el Frente de Aragón. La Columna Durruti

Bailus

Cataluña en pie de guerra.

Hemos cruzado un gran número de poblaciones catalanas, En todas ellas hemos observado el mismo espectáculo: a la entrada y a la salida de las villas y de las localidades de mayor importancia, se hallan barricadas u obstáculos de la más variada estructura.
Al pie de los cachivaches, o de los árboles arrancados de cuajo, permanecen en constante alerta unos cuantos milicianos. Los trabajadores exigen la documentación de los vehículos y son escrupulosos en su cometido. Vigilan día y noche para que los enemigos no se filtren en las poblaciones catalanas.
La impresión que produce Cataluña es de que se encuentra en pie de guerra. Un aire de renovación recorre el espacioso perímetro de nuestra tierra. De este soplo revolucionario se han contagiado la inmensa mayoría de los naturales del país.
A lo largo de las carreteras se observa constantemente el saludo que se ha estilizado con las jornadas de Julio. Los campesinos que están absortos con el trabajo de la cosecha se distraen de sus labores cotidianas para levantar el puño en el aire y corresponder de esta manera al veloz vehículo que cruza raudamente por las calzadas de la campiña catalana. […]

En tierras de Aragón.

[…]. Nuestra emoción es intensa. Dentro de breves instantes nos hallaremos junto a nuestros camaradas. […]
El cambio de paisaje es considerable y contundente. Sabemos que los límites de Cataluña se han esfumado. Ya no divisamos la espléndida exuberancia de la campiña catalana. En su lugar avizoramos un suelo yermo. Los montículos terrosos sin una sola brizna de hierba producen una impresión deplorable. […]

Bujaraloz…

Un sol abrasador nos acompaña en todo el recorrido del trayecto. Al fin llegamos a la población aragonesa que cobija el grueso de la columna de Durruti. Nos hallamos en Bujaraloz.
Nos apeamos en la plaza del pueblo. A primera vista, remarcamos que es la clásica plaza de villorrio. Tres cuerpos de casas, casi pegadas. En una de las casas más cercanas a la carretera está instalada una oficina que atiende a un gran número de servicios que afecta a la concentración de milicianos.
Bujaraloz está situado entre los pueblos de Peñalba y Pina. Su población es de 1500 habitantes. Sus habitantes viven del campo. Hasta el momento que precedió a la entrada de las milicias obreras los campesinos de Bujaraloz percibían jornales de 4,50 pesetas diarias y trabajando de punta de día hasta el anochecer.
Está situado en un llano y todas las casas son de tipo rústico. Pertenece al período cuaternario. Cuenta con capas subterráneas de sal y toda el agua es salada. Para beber, los pobladores han de aprovechar el agua de lluvia.
Es de la provincia de Zaragoza y del partido judicial de Pina de Ebro. Cosecha cereales en gran abundancia si la atmósfera prodiga la lluvia. Abunda el ganado. Es una población muy miserable.
La tierra estaba en manos de dos grandes caciques que nuestros camaradas ahuyentaron con su presencia. El censo de la localidad está integrado por obreros, campesinos y pequeña industria.
El pueblo de Bujaraloz conoció la bestialidad de los fascistas por espacio, tan sólo, de unas horas. Se llevaron en rehenes a tres hijos del pueblo. Pero la rápida aparición de las milicias limpió de fascistas a Bujaraloz y sus contornos. […]

Nueva estructuración económica.

En la región aragonesa que controlan las milicias catalanas se ha terminado la explotación y la rapiña. Ha nacido un nuevo orden revolucionario. En Bujaraloz los campesinos trabajan colectivamente. Se reparten de una manera equitativa el fruto de su labor cotidiana. Y el entusiasmo del campesino es grandioso. No están dispuestos a que ningún político burgués trate de arrancarles la indudable mejora que acaban de conquistar. Funciona un comité de abastos que controla las necesidades de las milicias y de los pobladores y que está integrado por una representación de ambas partes.
Los víveres son distribuidos a las familias de la población de acuerdo con el número de familiares y de milicianos que cada casa ha de alojar. Y para los restantes artículos o productos se sigue una tónica idéntica.
Los camaradas residen en las casas de los hijos del pueblo. Están debidamente atendidos y existe una perfecta convivencia.

Las centurias.

Los milicianos están organizados en grupos de cien. Al frente de cada centuria se encuentra un camarada, y como elemento coordinador de todas las centurias actúa un delegado de las centurias.
La organización de las milicias ha ido plasmándose sobre el terreno. Hoy un detalle y mañana otro, ha posibilitado que al cabo de tres semanas ya se cuente con una buena organización. No podemos dar más detalles respecto al número de centurias y al número de fuerzas y cantidad de material porque podríamos caer en una indiscreción.

El avance de la columna.

En el mismo momento de nuestra llegada se acaba de trasladar el cuartel general de Bujaraloz a unos kilómetros de distancia. La Prensa ya ha informado de la ocupación de Pina y Gelsa.
La columna de Durruti cuando entra en una población, la primera medida que toma es la quema del registro de la Propiedad. Inmediatamente el camarada Durruti arenga al pueblo congregado en la plaza o en un lugar a propósito para ello. Durruti procura explicarles lo que significa la entrada de los milicianos en la población. Expone de una manera detallada las bases prácticas del comunismo libertario.
Una de las faenas importantes es la depuración de los enemigos. De esto se encarga la Legión Negra, que está integrada sobre todo por los camaradas metalúrgicos, que además de cumplir con esta misión acuden siempre a los lugares de mayor peligro.
Nuestros camaradas no molestan a los vecinos de las poblaciones. Pero si alguna vez se comete algún exceso el comité procura sancionarlo.

En el cuartel general.

Esta instalado en una casilla de peones camineros. En una casa destartalada. Se nota una actividad febril. Hay varias dependencias. Una de ellas, entrando a mano izquierda, ha sido habilitada para despacho del comité de la columna. El comité lo integran los camaradas Durruti, Carreño y Miguel Yoldi.
Estrechamos emocionados las manos del camarada Durruti y Carreño. Penetramos en el despacho. Observamos un ir y venir continuo. El nerviosismo es grande.
Durruti es la figura más destacada. Es un hombre admirable. No para un momento. Acude a todas partes. Habla, gesticula. Sus palabras se hallan reflejadas en sus ojos. Es todo un guerrillero. Hombre de rasgos faciales duros, pero noble y generoso. Su aspecto impresiona, pero al minuto da una sensación de bondad. Durruti tiene un temple de granito, pero posee un alma de niño. Nos acordaremos siempre del Durruti de Bujaraloz con su casquete rojinegro.
Otro camarada. Francisco Carreño (1) tiene una cierta similitud con los insurrectos del Méjico turbulento. Un sombrero de paja de anchas alas le da todo el aspecto del guerrillero de ultramar. Es un muchacho muy simpático. Afable y cariñoso con todo el mundo. Es un intelectual que sabe empuñar el fusil.
Miguel Yoldi es otro de los componentes del comité de la columna. Lo tenemos muy presente por ser compañero de redacción de Solidaridad Obrera. Es un valor en todos los aspectos. Habla poco. Es un hombre de acción.
No queremos terminar esta ligera impresión de una visita realizada al frente de combate sin recordar a Pablo Ruiz (2), que es uno de los luchadores que mayor valor y decisión pone en la lucha.

Adiós a nuestros camaradas.

La premura del tiempo nos impide que podamos permanecer largas horas con nuestros camaradas. Además, nuestra misión ya se había terminado.
Durruti no quiere turistas. A los camaradas que tratan de distraerse con un viajecito los incorpora a la columna. Estamos de acuerdo. Al frente de batalla hay que ir para rendir una utilidad u otra, pero de ninguna de las maneras hay que pasearse.
Nos despedimos de todos los camaradas deseándoles mucha suerte. Nuestro pensamiento está junto a ellos. Si nuestra salud nos lo hubiera permitido nos hubiéramos movido del lado de Durruti y de sus buenos camaradas.
Nos reintegramos al suelo catalán con el alma dolorida. Sentimos alejarnos de los bravos camaradas que con tanto tesón luchan contra el fascismo.
Salud, camaradas.

Jaime Balius (3).

Notas de A. Guillamón:

[1] Miembro destacado de la Agrupación de Los Amigos de Durruti. Maestro de profesión. Responsable de Información del Comité de guerra de la Columna Durruti. Viajó a Moscú en representación de la Columna Durruti, en conmemoración del veinte aniversario de la Revolución de Octubre. Amigo personal de « Munis« . Durante las Jornadas de mayo de 1937 se entrevistó con los bolchevique-leninistas José Quesada y « Adolfo Carlini ». En el Pleno de la CNT reunido en Muret en 1944 fue elegido secretario general. Falleció en Toulouse el 17 de febrero de 1948.

[2] Cofundador con Jaime Balius de Los Amigos de Durruti. Ambos habían pertenecido al grupo « Renacer » de la FAI.

[3] Fundador y teórico más importante de la Agrupación de Los amigos de Durruti. Inválido y de delicada salud, era físicamente imposible su incorporación como miliciano a la Columna Durruti.

El testamento de Durruti

A los pocos días de haber escuchado la ciudad de Barcelona la voz recia del camarada Durruti [1], una bala perdida en el océano del fragor del combate, apagaba los latidos y las ansias del anarquista que se había convertido en un pedazo del alma popular.
Pero la grandiosidad de los últimos momentos del camarada fenecido poseen tal envergadura, que siguen marcando el surco por el que habrá de recorrer la nave social si quiere llegar a puerto.

Aun retenemos en nuestros oídos las expansiones tajantes que pronunció Durruti en una noche memorable que difícilmente se difuminará a través de las fechas, por memorable que sean los acontecimientos que se sucedan a lo largo del período revolucionario. Y tampoco podremos ahuyentar de nuestra hilera de ecuerdos la fisonomía que ofrecía en aquella noche apoteósica la capital de la Cataluña industrial.

Durante la alocución, que precedió a la muerte del malogrado camarada, las arterias barcelonesas ofrecían un aspecto multitudinario. La población catalana estaba pendiente de las ondas que trasmitían el verbo encendido de un hombre que supo morir por los ideales que presidieron su agitada vida. Y al cabo de unas horas de haber escuchado las sensatas indicaciones que percibían los trabajadores catalanes por conducto de un representante del frente de Aragón, se seguía comentando lo que había dicho con su clásica energía, y entereza, el anarquista que sintió cerrarse sus párpados con la entera satisfacción de haber derramado su sangre por la redención del proletariado.

La peroración del llorado camarada, constituye el legado revolucionario que hemos de cultivar y llevar a la práctica. La memoria de nuestro Durruti no ha de honrarse solamente con actos fúnebres, más o menos espectaculares. Lo que posee un verdadero interés, es el cumplimiento de la voluntad del anarquista y revolucionario, que clamó como un gigante horas antes de su heroica muerte en las avanzadillas de la Revolución que se debate en el corazón de la desolada Castilla.

Las palabras de Durruti que resonaron con intensa emoción en el firmamento barcelonés, encarnan el genuino pensamiento de la clase trabajadora. Durruti afirmó rotundamente que los anarquistas exigimos que la Revolución tenga un carácter totalitario [2]. Y que los camaradas que con tanto tesón se enfrentan al fascismo en los campos de batalla no están dispuestos a que nadie escamotee el contenido revolucionario y emancipador de la hora presente.

Se rebeló nuestro Durruti contra ciertas apreciaciones que en boca de algunos elementos son de un colorido castrador. Supo plasmar con trazos felices el pensamiento que anida en los lugares de trabajo. Sus últimas palabras, dirigidas a sus hermanos de infortunio, tienen todo el valor de un testamento revolucionario. No se encuentra en los anales revolucionarios del proletariado español un solo hombre que haya rubricado de una manera tan heroica y eficiente un pasado y un presente.

El Durruti que levantó en vilo al proletariado de las barriadas, y que arrugó por unos instantes los rostros grasientos de la burguesía en plena bancarrota, es el mismo Durruti que contemplamos en una casilla de peones camineros en el término de Bujaraloz.

La manifestación monstrua que acompañó el féretro de Durruti, cerró tan sólo la existencia física del indómito anarquista. Pero el testamento de Durruti no ha perecido. Persiste con más fuerza que en la misma noche de la arenga. Nosotros sabremos plasmar su última voluntad.

JAIME BALIUS

Notas de A. Guillamón:

[1] Balius se refiere al discurso de Durruti, radiado el 4 de noviembre de 1936.

[2] El carácter necesariamente TOTALITARIO de la Revolución española fue una característica fundamental del pensamiento teórico de la Agrupación de Los Amigos de Durruti. El término totalitario significa que abarca TODOS los aspectos de la vida cotidiana, social y política de todos, tanto burgueses como proletarios, pero también “dictatorial”, esto es, que ha de imponerse por la fuerza a los enemigos del proletariado.

https://bataillesocialiste.files.wordpress.com/2008/07/amigo2.pdf

https://bataillesocialiste.files.wordpress.com/2008/02/el-amigo-del-pueblo-3.pdf

https://bsstock.files.wordpress.com/2014/03/amigo6.pdf

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